lunes, 24 de noviembre de 2014

Relato Ficcional


                                        Las aventuras de Oscar Liñán

Oscar Liñán era un joven aventurero pero sobre todo contaba con una inteligencia superior en comparación a los niños de su edad.

A su joven edad de 12 años y por su intelecto superior había avanzado en su educación al punto de que se encontraba cursando el primer año de la carrera de comunicaciones en la Universidad de Harvard.

Debido a su notorio avance había dejado atrás en el tiempo de alguna forma a sus compañeros de clases en la secundaria para empezar a codearse con estudiantes que lo superan en edad y en experiencias de vida.

Oscar vivía con sus padres en una lujosa casa del sur de Los Ángeles y estaba obsesionado con la idea de ser un comunicador social, pero sobre todo buscaba producir un avance en el mundo de las comunicaciones, que lo iba a ayudar a descifrar si realmente existía la vida fuera del Planeta Tierra.

La idea de que existieran los extraterrestres le producía pudor, puesto que no sabría que sentiría si llegara a ver un Ovni en el cielo. Pero como la historia comprueba que los dinosaurios realmente existieron, tenía la esperanza de que los marcianos existieran también al igual que los dragones mitológicos.

En su habitación más allá de tener su cama y la vestimenta que usa en forma diaria, contaba con un laboratorio que había construido a escondidas de sus padres, en el cual llevaba adelante procesos científicos y de investigación.

Tenía un perro robot como mascota, lo que era motivo de envidia de sus amigos y vecinos de su vecindario. El perro cumplía cualquier orden que él le daba y podía imitar a cualquier persona o voz que escuchara.

Por medio de un radiotransmisor Oscar logro contactarse con el emperador de los alienígenas, que se sorprendió de que realmente existiera vida fuera del Planeta Marte y prometió visitar el Planeta Tierra en cuanto le sea posible.

Sus padres le aconsejaron que no debía hablar con personas desconocidas, pero Oscar hizo caso omiso de ese consejo paternal y entablo contacto con el mandamás de los marcianos, contándole informaciones de la vida de sus progenitores además de la propia existencia de las personas adultas, que representaban de lo que eran los seres humanos una especie más madura y  avanzada que los niños.

Luego de mantener una larga conversación con el extraterrestre, Oscar se marchó a dormir, pues se había hecho tarde y era hora de acostarse a dormir.

Al día siguiente al despertarse y acudir al salón comedor, Oscar se anoticio sobre la no estadía de sus padres en la casa. Esta situación le sorprendió puesto que había descubierto una nota escrita y firmada por ellos que pudo descubrir que era falsa.

La misma situación le había ocurrido al resto de sus compañeros en el vecindario, que no sabían dónde estaban sus padres y la coincidencia en todos los casos era la nota falsa firmada por sus padres.

Al volver a su casa, Oscar encendió el radiotransmisor y nuevamente tuvo la posibilidad de contactarse con el marciano, este le comento que con los datos que le había revelado, se decidió secuestrar a los padres de todos los niños que vivian alrededor de su vecindario para crear una especie alterna entre los marcianos y los seres humanos.

Oscar no tuvo otra opción que revelarle al resto de los niños lo que había hecho, estos lo reprimieron por lo acontecido y se ofuscaron, pero por otro lado se sentían desamparados porque se sentían solos ante la ausencia de sus progenitores.

Por lo que en conjunto tuvieron que dejar a un lado sus diferencias en virtud de organizar la operación para traer de regreso a sus padres.

El conjunto de niños viajo en un conjunto de naves especiales de la NASA hasta el Planeta Marte. El perro robot por medio de sus coordenadas inter esterales podía ayudar a localizar al emperador de los marcianos.

Al llegar al planeta rojo, los niños se encontraron con que en realidad sus padres servirían de sacrificio humano para resucitar a un monstruo milenario que era el dios de los alienígenas que habitaban Marte.

Con sus humildes armamentos pero un gran corazón los niños liderados por la inteligencia y el liderazgo de Oscar, libraron una batalla con los extraterrestres.

Al ver que en el enfrentamiento estaban al borde de la rendición, a Oscar le llega un llamado a su teléfono móvil celular de un compañero de la universidad y la música de su ringtone logro derretir al alienígena que lo enfrentaba.

Tal cual hicieron sus compañeros que hicieron sonar algún tipo de música con su teléfono móvil celular, lo que destruyo a los marcianos, que morían al no poder tolerar cualquier nota o canción musical. Luego de esto pudieron liberar a sus padres y junto a ellos emprendieron el regreso hasta el Planeta Tierra.

Luego de esto la vida volvió a ser normal como antes y cada uno volvió a su rutina particular sin ningún tipo de inconvenientes, pero Oscar al igual que sus compañeros vivieron una aventura inigualable que seguramente no imaginaron ni en sus sueños más remotos.

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